Un nuevo pacto social…
A un mes de las elecciones parlamentarias, con la inflación más lacerante de toda la historia republicana, conviviendo con un espiral de violencia superior al de países en guerra, un gobierno aferrado a ideales socialistas con una miopía voluntaria con la cual distorsiona su percepción de la realidad traduciéndola en un discurso imaginario e inexistente, con una oposición maniatada sin posibilidad de movimiento y donde la libertad de expresión no tiene trascendencia, un empresariado perseguido y un pueblo sin posibilidad de hacerse de su futuro, acostumbrado al clientelismo y a otras degeneraciones democráticas, Venezuela vive uno de sus momentos más críticos.
Gran parte de la población está haciendo lo propio para emigrar y los que no, luchan por mantener el estatus y para ello se arriman a las esferas de poder. El pueblo que no puede emigrar, que no está cerca del gobierno y que no está en ese 3% de la población adinerada, lucha contra las calamidades propias de esta etapa de nuestra historia donde la "Cola" es su mayor expresión y la "Inseguridad" su mayor temor.
¿Cómo hemos llegado a este punto? He crecido en una Venezuela en donde nos enseñaron que éramos el país más rico del mundo, en donde todo venía de "a dos", que los venezolanos hemos sido o "vivos" o "pendejos", adecos o copeyanos, magallaneros o caraquistas, donde la salsa se escuchaba a todo volumen y los quince años de una niña eran la antesala de su participación en el Miss Venezuela. Fue en esa Venezuela donde germinó la "viveza criolla" y donde "Eudomar Santos" se hizo héroe nacional de la pluma de Ibsen Martínez con su "como vaya viniendo, vamos viendo" que no es otra cosa que la declaración universal de "Ya resolveremos".
Es en esta Venezuela que permitimos que los partidos políticos infiltraran todas las asociaciones y grupos tradicionales, los organismos funcionales de los partidos colocaban a su gente en los colegios de Abogados, Ingenieros y Médicos, en los centros de estudiantes, en las asociaciones de vecinos y cuanta organización civil o club social existiese.
Si un abogado copeyano que en su pasado fue del centro de estudiantes, captado y postulado por el partido, llegaba a ser miembro de "Profesionales y Técnicos Copeyanos FTC" y lograba ser electo en el Colegio de Abogados de Caracas para que luego su currículo fuese presentado por la bancada verde en el congreso a un puesto en el Tribunal Supremo de Justicia, ¿La lealtad de este jurista era para con el pueblo o para con el partido? Es así como los partidos dejaron de ser vehículos para la expresión del pueblo para convertirse en trampolines personales de oportunistas que vieron en ellos la manera de surgir por encima de sus iguales.
En una Venezuela donde tras la bonanza petrolera y la mala administración, aunado a una educación cada día más deficiente, decepcionada de su dirigencia y con la complicidad del mundo cultural de la época, se abrió paso el populismo y con él la degeneración de la izquierda.
A los venezolanos no nos importa nada.
Si estamos mal, ya veremos.
Si no hay harina, no se come arepas.
Si no hay trabajo, me meto a taxista, y así, "resolviendo" hemos llegado a nuestro presente, mal educados, sin dirigencia, sin esperanza, eso sí, con mucha fe en Dios…
¿Qué pasa si gana la oposición el 6 de diciembre? Muchos se hacen la ilusión de que es el final de los problemas actuales pero el que no tiene trabajo el 5 tampoco lo tendrá el 7. Es muy positivo que comiencen a cambiar los cuadros diligenciales pero nos falta mucho más que ganar unas elecciones.
El pueblo debe estar dispuesto a entender el cambio. Esta nueva dirigencia se debe comprometer a impulsar un nuevo modelo, y no hablo solo del ámbito económico, me refiero a los aspectos que rigen las relaciones entre ciudadanos y de éstos con sus gobernantes. Hacer leyes es mucho más fácil que implementar su aplicación y, aplicar leyes, es mucho más fácil a que un pueblo las asuma como beneficiosas. Estamos hablando de educación general y respeto entre todos los actores. Es absolutamente necesario que los nuevos protagonistas políticos asuman, sin miedo a ser señalados, los cambios necesarios para el desarrollo del país que necesitamos, pero también es primordial que la ciudadanía confíe y asuma que los sacrificios por venir son necesarios para que a mediano y a largo plazo tengamos los niveles de vida que nos merecemos. Para ello debemos comprometernos todos a cumplir con nuestra parte.
En fin, es fundamental un estado que promueva el orden con reglas claras, con seguridad jurídica y personal y una ciudadanía que se comprometa a respetar y respetarse a sí misma para nuestro avance como sociedad en desarrollo. Ese debe ser nuestro real reto!! Dejando de lado los prejuicios, con auto compasión y conformismo no llegaremos nunca a nada. Con orden, respeto y trabajo seremos ese gran país que soñamos. Las herramientas las tenemos. Vamos todos en pro de este nuevo pacto social. Venezuela nos necesita a cada uno de nosotros! Cuidémosla... Amemos a Venezuela con compromiso, con respeto a la propiedad y a los derechos de nuestra gente! Es un reto que no depende de qué ideología gane, sino del compromiso de cada venezolano con el futuro!
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