domingo, 27 de diciembre de 2015

Hasta pronto y salud!

Mi último post.
Esta es la última entrada de este blog y también lo último que voy a escribir por este año 2015. Creo que este espacio ya cumplió con su ciclo. Ya no me veo "Entre la educación inicial y la 3era edad", así que creo que es sano evolucionar a lugares donde uno se encuentre más cómodo consigo mismo. Si bien estas líneas siempre me han parecido fascinantes por ser una forma de conectarme con ustedes que me leen, me parece que ya no describen cómo me siento hoy.
En muchos aspectos este año que termina fue muy duro con nosotros en general. Una situación política en una Venezuela convulsa, donde fuimos sometidos a incómodas pruebas de resistencia tanto económicas como personales. La inseguridad cada día tomando más control de las calles, la incompetencia de los gobernantes para el manejo de la crisis y la miopía voluntaria que sufren los líderes de ambos bandos, terminaron con un descontento generalizado que se reflejó en el resultado de las elecciones del 6 de diciembre, como un llamado de atención a los factores políticos y productivos del país. Venezuela es hoy una nación que se prepara para un choque de poderes con resultados poco previsibles, una situación económica aun más precaria que la que vivimos hoy y unos traductores políticos que no entienden bien el lenguaje que está hablando el ciudadano de a pie. La sensatez y la madurez no es lo que está de moda en estos días en los discursos políticos y los extremos cada día se hacen de mayores voces en los espacios de discusión. Particularmente creo que el hecho cierto de que la oposición sea la primera fuerza en el parlamento le da una responsabilidad en el futuro inmediato de la nación pero no es menos cierto que el ejecutivo tiene la responsabilidad de la implementación de medidas que beneficien a todos por igual. Lamentablemente no veo a nadie pensando en la solución de los problemas, veo a dos bandos enfrentados cada uno desde su trinchera, en nombre del pueblo, sin solucionar los problemas de este. Ojalá me equivoque, pero faltan muchas lunas para recuperar la economía y muchas más para recuperar el respeto, la conciencia y el sentido ciudadano de hacernos corresponsables del destino del país.
En lo personal, redescubrir a Eleazar resultó un trabajo arduo que me tomó los 365 días del año.  Rescatarlo de lo que había sido su vida en los últimos años ha sido una tarea que aún no completo. Visitar otros países, ampliar mi visión sobre cómo se deben hacer las cosas, no traicionar mi esencia, volver a los sueños de juventud con las experiencia de la edad, hablar con la seguridad que dan las arrugas y canas conservando al soñador que ha vivido siempre en mi, es una misión que me he puesto como tarea fundamental para mis años por venir. Proteger mis sueños de las duras realidades y a su vez procurar que estos se vuelvan realidad es mucho más fácil en el papel pero no imposible. Nada es imposible para quien quiere hacer las cosas bien: mi amor por mi país sigue intacto, el amor por mis hijas crece con ellas, el amor por la mujer que amo se fortalece con el paso del tiempo, y si escribir lo amo con tanta pasión, procuraré convertirme en un cronista de mis días y hacer de eso una experiencia a compartir, llena de poesía, sinceridad, arrojo, atrevimiento y compromiso, donde la fidelidad conmigo mismo se convierta en el motor de mis líneas. Si Dios y mi musa particular me ayudan, intentaré conectar con mis lectores al punto de servir de ayuda, tanto como me ayuda a desahogar mis acciones en hojas que me retan día a día a llenarlas con lo que vivo.
Estoy claro a dónde voy y quién quiero ser. No soy ni los engaños de muchos, ni las mentiras que me dijeron. No soy los desplantes recibidos ni la mezquindad del mundo. Soy los abrazos recibidos y las sonrisas compartidas. Soy mis victorias y no mis fracasos. Sigo siendo un soñador con noches buenas y malas que la más de las veces sueña despierto con un cielo y un mar, donde quiero terminar mis días contando historias a mis nietos y niños.
No más "Puedario" ni limbos entre profesiones y edades, de ahora en adelante cronista de mis días, en un nuevo espacio que tratara de versar sobre lo que observo, vivo y siento. Créanme que desde donde esté aportaré mi grano de arena para ayudar a mi país, lograr que mis hijos sean felices y por supuesto, lograr ser feliz, sin desperdiciar el tiempo que me queda por vivir.
"Entre la educación inicial y la 3era edad" cumplió su ciclo, hoy me despido feliz de cuanto me ayudó. Ya nos reencontraremos, muy pronto en otras líneas, en otros espacios, donde con orden, trabajo y pasión, el futuro siempre será mejor y el amor y la disciplina por lo que hago y vivo, me proporcione el impulso para escribir.
Gracias…


Hasta pronto y salud.

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