Seguramente al leer el título de estas líneas y ver la foto de Jimena Araya podrían pensar que se trata de otro artículo sobre esa novela que ha ocupado los primeros lugares de sintonía en toda los canales y medios venezolanos llamada "Rosita" lamento si decepciono, pero es necesario, a pesar del hecho que no me interesa en los más mínimo comentar sobre la suerte de una comediante que haciendo uso de un derecho consagrado en la constitución, la "presunción de inocencia", sus presuntas cuentas con la justicia puedan ser investigadas mientras ella goza de libertad. Si bien es cierto que la palabra inocencia no es lo primero que se me viene a la mente cuando la veo y menos aún cuando una comparsa de medios se prestan para desviar la opinión pública nacional con este circo, en momentos en que estamos tratando de levantarnos del duelo por la derrota del pasado 7 de octubre. Para los que fuimos derrotados en la contienda presidencial pasada, poco nos interesa este exceso de atencion por el caso de la vedette, pero nos debe preocupar como el país nacional y sobre todo ese país que voto por la opción del continuismo esta embriagado por el tema en cuestión, ¿colaboró o no con la fuga de un pran? ¿Es inocente? Se comunica por Twitter, ah, como el presidente, la capturaron por culpa de un tinte`e pelo, esto no puede ser más venezolano, primero presa que sencilla. Lo cierto es que el país en donde donde se mantiene presa a una juez por impartir justicia, avanza el sistema comunal, el CNE modifica el registro electoral, matan a 50 venezolanos todos los fines de semana, los consejos educativos son implementados y los candidatos son puestos a dedo por el comandante-presidente, esta enamorado de primera novela socialista y el rating lo demuestra. ¿Como hacemos desde la oposición para llegarle a la mayoría que cree y consume estas historias si no préstamos la debida atención a la técnica que usan desde los más altos niveles para mantener a la gente viendo para el otro lado? En días pasados el turista-candidato de Anzoátegui, el Prof. Aristobulo Istúriz explicaba su visión sobre el poder, "si el poder fuese un pedazo de queso debemos evitar que se lo roben entero, por ello si lo rayamos y le pegamos un ventilador, todos tendrán su hilacha de queso (poder)", "yo quiero mi hilacha" es ahora la base de la campaña en el estado oriental, el ejemplo anterior habla por sí solo, estamos entrampaos, metidos en un burdel político donde el presente representado por la hilacha en forma de misiones, becas y regalos va a ser defendido a sangre y fuego contra un futuro incierto por más cara de progreso tenga este último. Un pueblo que vota y vota, nosotros para poder quejarnos y ellos para defenderse de nosotros, se ha prostituido la política, ya no es el vehículo para alcanzar los sueños, sino el ring donde hemos sido metidos quedando del lado afuera los verdaderos problemas y lejos de unirnos para exigir su solución, pasamos los días viéndonos la cara, pensando que el problema en nuestro oponente, mientras los responsables nos ven la cara de pendejo, el gobierno esta tan claro que entre sus planes estan los pranes, uno de ellos se fuga y montan la novela, comienza la campaña y su avanzada constituyente para "esfaratar" gobernaciones y alcaldías, allí sale en libertad "Rosita" autónombrandose "hija de Chávez" ¿viveza criolla? No, esto es prostitución política.
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