viernes, 12 de mayo de 2017

It's time to be Venezuelan!

No doubt, Venezuela is experiencing the reddest moment of recent years. Unlike other times, we are not painted red product of an advertising or political strategy, it is not the consumption of a massive product, nor is it the latest fashion that is used in other places; The red that today covers Venezuela comes from the blood that spills daily, mostly young blood, which contrasts with the black color of the asphalt where the vital fluid falls and is lost every time a life is truncated product of intolerance and by the excessive ambition of our rulers.
It is the Venezuela of Simon Bolivar, a Venezuela marked by the blood of its men and women from pre-Hispanic times. This particular ink that serves to write the pages of our libertarian and optimistic history always spills over the white pages of mourning and suffering of mothers and brothers in the name of the future.
Being Venezuelan is our sixth sense and has nothing to do with being born or living in Venezuela. We Venezuelans are as we are in large part because of our desire to be happy and live in peace. That's why a Venezuelan stays in his country, that's why a Venezuelan emigrates, that's why a Venezuelan fights and that's why a Venezuelan is indifferent. It's in our genes, it's in our blood.
Venezuelans always want to be happy. The ways to achieve this are particular, but when it is impossible to achieve happiness, Venezuelan join others in search of the same and we infect all those around us to help us in this mission. That is why the friends of Venezuela are present in the words of every foreigner who gives us his hand in passing. I'm not talking about governments, I'm talking about people.
A Venezuelan is Venezuelan wherever he is. A Venezuelan does not know postures and always, whether he wants to or not, people will know that he is Venezuelan. That is why a Venezuelan away from his land will always be thinking about his mother, his mother Venezuela.
A Venezuelan in Venezuela is not happy because they snatched away his Venezuela. A Venezuelan abroad is not happy because they snatched away his Venezuela. There is no difference between one and the other.  Venezuelans are all living bitter moments and those who are in the country suffer from living in a country that no longer resembles their country and the one is abroad suffers from living in a country that is not their country and find out that their parents, brothers, children, friends live in a country that no longer resembles his country.
Today more than ever Venezuelans are united in a feeling that is called Venezuela. No matter where they are, they are making themselves felt. The blood of us Venezuelans calls us all.
Venezuelan listen to your blood and if you feel the call, then it is your time. It's time to be Venezuelan!

jueves, 11 de mayo de 2017

¡Es la hora de ser venezolano!

Sin lugar a dudas, Venezuela vive el momento más rojo de los últimos años. A diferencia de otros tiempos, no estamos pintados de rojo producto de una estrategia publicitaria o política, no es el consumo de un producto masivo, ni es la última moda que se usa en otros lugares; el rojo que hoy luce Venezuela viene de la sangre que se derrama a diario, en su mayoría sangre joven, que contrasta con el color negro del asfalto donde cae el vital fluido y se pierde cada vez que se trunca una vida producto de la intolerancia y de la ambición desmedida de nuestros gobernantes.
Es la Venezuela de Bolívar, una Venezuela marcada por la sangre de sus hombres y mujeres desde tiempos prehispánicos. Esta particular tinta que sirve para escribir las páginas de nuestra historia libertaria y optimista, siempre se derrama sobre las páginas blancas de luto y sufrimiento de madres y hermanos en nombre del futuro.
Ser venezolano es nuestro sexto sentido y no tiene nada que ver con nacer o vivir en Venezuela. Los venezolanos somos como somos en gran parte por nuestro deseo de ser felices y vivir en paz. Es por eso que un venezolano se queda en su país, es por eso que un venezolano emigra, es por eso que un venezolano lucha y es por eso que un venezolano es indiferente. Está en nuestros genes, está en nuestra sangre. Los venezolanos siempre queremos ser felices. Las maneras de lograrlo son particulares, pero cuando es imposible lograr la felicidad, el venezolano se une a otros en busca de la misma y contagiamos a todos los que nos rodean para que nos ayuden en esta misión. Por eso los amigos de Venezuela se hacen presente en la palabra de cada extranjero que nos brinda su mano al pasar. No hablo de gobiernos, hablo de gente. 
Un venezolano es venezolano donde se encuentre. El venezolano no sabe de posturas y siempre, aunque quiera o no quiera, la gente sabrá que es venezolano. Es por ello que un venezolano lejos de sus tierras siempre estará pensando en su madre, su madre Venezuela.
Un venezolano en Venezuela no es feliz porque le arrebataron su Venezuela. Un venezolano en el extranjero no es feliz porque le arrebataron su Venezuela, no hay diferencias entre uno y otro. Los venezolanos todos estamos viviendo momentos amargos y quien está en el país sufre por vivir en un país que ya no se parece a su país y quien está afuera sufre por vivir en un país que no es su país y enterarse de lo que viven sus padres, hermanos, hijos, amigos en un país que ya no se parece a su país.
Hoy más que nunca los venezolanos estamos unidos en un sentimiento que se llama Venezuela. No importa donde estén, se están haciendo sentir. La sangre de nuestros venezolanos nos hace un llamado a todos.

Venezolano escucha tu sangre y si sientes el llamado entonces es tu hora. ¡Es la hora de ser venezolano!

jueves, 4 de mayo de 2017

Goebbels vive. Disculpen que desconfíe.

3 de mayo de 2017
¿Qué pasó en Venezuela?
Las protestas contra el gobierno continúan, la marcha con los diputados al frente ha sido repelida una vez más por los agentes de la Guardia Nacional Bolivariana con tanquetas y bombas. Se prohibe por parte del gobierno el porte de armas; los colectivos atacan estacionamientos robando autos en presencia de los organismos de seguridad; en las protestas más de 300 heridos: un joven fue arrollado por una tanqueta y se encuentra grave y un menor de edad (17 años) muerto. La Fiscal General de la República, Luisa Ortega Díaz declara: “No podemos exigir comportamiento legal si el Estado viola la ley” en alusión directa al llamado a constituyente hecho por el presidente y a las violaciones del debido proceso de los protestantes detenidos. El CNE recibe de manos del Presidente el decreto de llamado a constituyente y luego Maduro sale bailando salsa en la televisora del estado. Caracas y Valencia prácticamente paralizadas, la anarquía se apodera de las ciudades importantes y sin embargo la noticia fue la Fe de Vida del opositor y preso político Leopoldo López.
Cerca de las ocho de la noche, el periodista Leopoldo Castillo a través de su cuenta de twitter alerta al mundo: “Información, traslado de Leopoldo López desde Ramos Verde al Hospital Militar sin signos vitales. Régimen maneja hipótesis de intoxicación.” Inmediatamente todos los que vimos la información pensamos que la cuenta de Castillo había sido hackeada, pero una hora más tarde otro tweet aparecía en la cuenta: “Mi cuenta no ha sido hackeada, siento compartir esa información.” Momentos después periodistas confirmaban (entre ellos Rafael Poleo, Editor de la revista Zeta y el Periódico El Nuevo País) que la cuenta no había sido hackeada y que el propio Castillo confirmaba la información y hasta el senador republicano Marco Rubio confirmó la premisa enterando al mismo presidente de los Estados Unidos Donald Trump de lo sucedido. Durante las siguientes dos horas, todo el país estaba consternado, esperando una respuesta de las autoridades. La esposa de López se dirigió al Hospital Militar y los abogados se fueron hasta la cárcel sin obtener respuestas hasta que por el canal del estado a través del programa del Diputado Diosdado Cabello fue transmitida la Fe de Vida que exigía todo el país. Al mejor estilo de las FARC, editada y con un Leopoldo López fuerte, habló a su esposa y al país diciendo que estaba vivo. Fue así como se dejó de comentar la tragedia vivida en las protestas durante el día, para agradecer el “gesto” por parte del gobierno. Una vez más el manual de propaganda de Joseph Goebbels, el ministro de propaganda Nazi funcionó: “Cargar sobre el adversario los propios errores o defectos, respondiendo el ataque con el ataque. Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan".

A estas alturas no sé si Leopoldo López está vivo o muerto, si le hicieron algo. Sé que con la trayectoria de Castillo no va a dar una noticia de esta naturaleza para terminar su carrera periodística.  Lo que sí sé y estoy seguro es que Leopoldo está secuestrado y Goebbels vive. Disculpen que desconfíe.

miércoles, 3 de mayo de 2017

Prostituyente...

A propósito del llamado a constituyente “Comunal” hecho por el Presidente Nicolás Maduro, comencemos por el principio.
Una asamblea constituyente es una reunión nacional de representantes populares que asume el objetivo específico de dictar las reglas que, en el futuro, regirán la relación entre gobernantes y gobernados y el funcionamiento y distribución del poder, fundamento de su sistema político y social. Ese ejercicio soberano se conoce como poder constituyente al que deben someterse todos los poderes constituidos e instituciones públicas; un nuevo pacto social en el que todos los involucrados se comprometen a cumplir una vez que sea sancionado y aceptado por todos. Es la expresión democrática suprema por naturaleza y se invoca cuando se necesitan transformaciones radicales orientadas a cambios en las estructuras básicas del Estado.
Venezuela, y no es un secreto para nadie, sufre en los actuales momentos de la mayor y más grave crisis de todos los tiempos. La confrontación de modelos económicos incompatibles, la torpeza en el manejo de las políticas públicas, el nacionalismo mal orientado y la corrupción como variable económica, han llevado a Venezuela a un punto de intolerancia con respecto a toda la institucionalidad existente. Es muy sencillo suponer que un llamado a constituyente podría ser el inicio de la implementación de programas y acciones que concluyan con el mejoramiento de la calidad de vida de la población en general, sin embargo, la degeneración de las instituciones, la incompetencia e improvisación demostrada a lo largo de los últimos tiempos por quienes tienen la responsabilidad de gobernarnos, no sugieren que el problema sea nuestra constitución, que entre otras cosas, es muy joven y que con el tiempo ha sido aceptada por todos los involucrados. Para su promulgación contó con el apoyo de quienes gobiernan hoy y cuando fue amenazada por una reforma amañada y oportunista, fue defendida por quienes la adversaron en principio, lo que la convierte en una constitución apoyada por todos los sectores en dos momentos distintos de nuestra historia reciente.
El problema en Venezuela no es la constitución, la constitución de 1999 es un problema para el gobierno y su grupo de cómplices que ya no le interesa el carácter democrático de la misma.
El llamado a constituyente hecho por el ciudadano presidente, de manera oportunista y en términos que NO están consagrados en la constitución como mecanismo para su reforma o enmienda, no mejora en nada la situación de nosotros los venezolanos, todo lo contrario, en el mejor de los casos, lo único que consigue es ganar tiempo y evitar confrontaciones electorales negando el verdadero espíritu democrático que deben tener los comicios que están vencidos y los que están por venir.
No necesitamos una nueva constitución. Necesitamos que se cumpla la que tenemos.
El presidente ha firmado el decreto llamando a constituyente, con el “fin supremo” de dejarnos sin democracia en el marco de una democracia en apariencia, de darles carácter constitucional a sus intenciones de perpetuarse en el poder y convirtiendo en constitucional la miseria que vivimos. En otras palabras, la degeneración y prostitución política se hacen constitucionales.
Si los que nos gobiernan son una cuerda de ladrones, chulos y prostitutas políticas y son éstos quienes con este llamado redactarán una nueva constitución, mal podría llamarse constituyente, más apropiado sería llamarla  “Prostituyente”.
La pregunta que debemos hacernos todos es: ¿Nos vamos a dejar prostituir? Los buenos somos más. Venezuela es Venezuela antes de estos bandidos y será más cuando salgamos de ellos.
Así que, desde donde te encuentres, de la manera que tengas y puedas, NO te dejes prostituir. Abraza tu constitución, invoca el artículo 350 y oponte ante la pretensión de convertir a Venezuela en un bar de caminos.
NO a la prostituyente de Maduro!