Las
fiestas de la Navidad se proponen, como su nombre indica, celebrar la Natividad (es
decir, el nacimiento) de Jesús
de Nazaret. Como cristianos que somos en la casa, no
vamos a dejar pasar las fechas y aunque este año no tenemos, adornos ni
arboles, sigue siendo una fiesta que particularmente nos pone a prueba, como todos los años.
Mi
padre fue una de esas personas que celebro la vida a lo largo de su vida, no
era muy presto a mostrar sus dolores y pocas veces se enfermó, no recuerdo un
dolor de cabeza y si sus heridas de trabajo, las que mostraba siempre con
orgullo, la música, el telégrafo, las emisoras, las historias, el coronel
Leopoldo Jiménez, sus andanzas por San Juan de los Morros, Barquisimeto, Coro y
por supuesto Caracas y los acontecimientos históricos que jamás faltaron un 24
de diciembre. El año pasado no hablo, nos acompaño, este año estará seguro en
cada rincón de la casa, del pensamiento… Con su partida he aprendido que la
tristeza no pregunta para entrar, te asalta y quita la felicidad que esta aun
por gestarse, más sin embargo el hecho cierto de que papa no está lo cambio por
la alegría de una respuesta que me dio mi mamá en estas noches pasadas, Le
pregunte, ¿Madre, mi papá se fue en paz?
Y ella respondió:”Si, hijo, tu padre se
fue en paz aceptando a Dios” pensar de manera triste por su partida es no
creer en el milagro de vivir para aceptar la voluntad de quien nos proporciona
la vida.
No
hay adornos, No hay luces, no hay… Hay familia, hay Amor, hay hermanos, hay
hijos, hay comida, hay historias, hay encuentro, hay respeto, hay fiesta… ¿Que
mi papa no está? Cada uno de nosotros somos parte de lo que él fue, como el
mismo decía: “A los padres hay que
respetarlos hasta después de muertos” Esta navidad es muy dura, pero seguirá
siendo la excusa para reunirnos, abrazarnos, reír, llorar como lo hacen las
familias cuando se quieren, como nos quiere quien dio a su hijo por nosotros,
El Amor vence a la muerte, el está entre nosotros…
Hoy
escuche que esta navidad será la última triste de este país, Ojala que así sea,
lo que es seguro que es la primera sin mi padre, si es la ultima navidad triste,
espero verlo reflejado en los rostros de quienes me rodean y sobre todo en el mío,
sonara egoísta, pero que la tristeza no nos quite la alegría de recordar, de
recordar el nacimiento del niño Dios. Feliz navidad queridos lectores y así
como mi padre, celebren la vida a lo largo de la vida. Hasta la próxima Celebración…
Excelente hermano... cada dia mejor.. feliz navidad
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