Hoy es el día después de uno de esos que no se
quieren recordar, Se fue la luz, no hay agua, colas en todos lados y para colmo
se acabó el gas, donde vivo tenemos siete días sin despacho, toca hacer cola.
Mientras espero comienzo a revisar mis redes en el teléfono cuando me encuentro
con el relato de mi sobrino Eliú el cual sin su permiso me atrevo a reproducir
a continuación:
"El pasado viernes 15 de Noviembre inmerso en el
tráfico cerca de las 7pm empecé a ser parte del vasto grupo, conformado por
personas que como mínimo son dueños de una de esas historias donde hay un
motorizado, un parrillero, 2 pistolas, mucha velocidad y poco decoro. El
celular y la cartera estaban fuera de su lugar de costumbre en menos de 20
segundos, aunque si me preguntas, en definitiva lo del tiempo es relativo. La verdad no creo que les
sirva mi formula, pero al parecer los lentes de pasta también los necesitaban.
La Prados era un estacionamiento, No había adonde ir, habían 4 individuos
haciendo un espectáculo improvisado en el tráfico. Yo era nuevo en el show.
Ellos siguieron por su canal
inexistente, con las armas cargadas y plástico para desechar. Yo me vi obligado
a quedarme unos 15 minutos más en el mismo lugar comprendiendo que lo único que
podía hacer era subirle volumen al radio al mismo tiempo que subía la ventana.
Sonaba la tapa de "la cola feliz" (un programa de radio) y a continuación
Frank Sinatra empezó a interpretar New york New york junto a Tony Bennett, en
ese momento me di cuenta que lo único que podía hacer era bajarle volumen a la
radio mientras no bajaba el vidrio.
Esto probablemente no se acerca en lo
más mínimo a ser una buena historia, ni siquiera se acerca a ser algo
diferente, supongo qué es el típico cuento del venezolano promedio. Ciertamente
no puedo asegurar que existía una sensación de rabia o asombró, pero estoy
seguro de que había una gran tristeza divagando en una enorme cola. Que triste
tener que ver ese show tan repetido como algo normal, que triste tener que
agradecer a estos compañeros de escena por darme un poco más de tiempo y así
poder escribir esto. Estoy seguro que con tanta locura en esta tierra una tonta
historia con motos, armas y tráfico no les puede impresionar.
Al día siguiente no queda más que
echar el cuento unas 50 veces ver precios de celulares, cerrar la computadora y
pensar por cual documento empezarás. Al día siguiente no queda más que
comprender que vivir es una acción desplazada por la supervivencia, un verbo
inactivo, una palabra simplemente rara. La leche, las rebajas, los vidrios
oscuros, los caminos verdes, no hablar muy alto, cambiarse de canal, lanzar
todo al asiento trasero terminan siendo nuestra prioridad, tenemos tantas ganas
de respirar pero ni nos damos cuenta cuando lo hacemos. No puedo ver el oxígeno
es verdad, pero siempre está allí conmigo y ciertamente lo agradezco.
Dos día después del show fui a ver al
señor Fito Páez, y no pude evitar escuchar que en esta absurda ciudad todo se
enciende y se va, pobres corazones matan a pobres corazones.
"Vivimos" en la Ciudad de pobres corazones. Por cierto, el concierto
estuvo brutal."
Yo no
vivo en la ciudad de los Pobres corazones, termine de leer, escondí el celular
y me dijeron que ya no había más gas, "hasta mañana". Tocara irse?
La canción parásita de hoy no es otra historia de amor, ni
siquiera una de Fito, debería sonar en mi cabeza "New York, New York" y pensar en el futuro de mis hijos, en su lugar suena "Caracas Ciudad Infame" de "Atkinson La Banda" y pienso, que mal estamos en mi maravilloso y pobre país. Adelante muchachos!
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