Tras ocho años de acompañarnos,
en un descuido dejamos la puerta abierta y "Goofy" se fue de la casa.
Goofy, un mestizo de pequinés que nos regalaron siendo muy pequeño, era todo en
casa, en ocho años, se le dieron todos sus cuidos y poco a poco nos fuimos
acostumbrando a la idea de que era el perro de la casa, solo eso. Muy
escandaloso cuando llegaba gente, se hacía sentir siempre, escuchar el carro a
lo lejos y ya estaba inquieto y al llegar yo era recibido por muestras de
afectos exageradas, propias de estos animalitos. Desde el día que se fue en la casa no se habla
de otra cosa, ¿estará bien? ¿Cómo estará? ¿ojala no lo mate un carro? ¿Si esta
con otra gente ojala lo traten bien? y así, un sin número de supuestos que lo
más seguro es que ninguno tenga respuesta, sin embargo ahora cuando llego a la
casa, no hay la algarabía de su presencia, su comida esta completa, pues no
hemos buscado otra mascota y por supuesto los vecinos nos visitan sin cuidarse
de Goofy. ¿Qué le paso a Goofy que después de tanto tiempo y a pesar de que
nunca había intentado irse se fue? es una pregunta que de vez en
cuando me hago. Goofy nos daba alegrías, nos era útil, nos cuidaba, nos amaba
pero ahora entiendo que no era feliz, se fue a buscar su libertad, si se quedo
con otras personas debe estar bien, no se les ha ido para regresar a la casa, si esta solo en la calle, igual debe estar bien, no regresó. Han pasado 3 meses y ya creemos que es tiempo de empezar a buscar un compañero para mis hijos, eso si, siempre recordaremos a Goofy con cariño, pero para la próxima, prestaremos más atención,
no vaya ser que también busque de irse porque no se sienta correspondido. Hasta
siempre Goofy, ojala seas feliz.
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