Tras un fin de semana largo y una semana corta, tan corta que entre otras cosas, regreso el presidente, confirmo su enfermedad, ratifico su gabinete, llovió y mucho, se gradúan los muchachos, otros aun reparan, mi hermano medico y sus súper guardias, muy poca música, mucho Game of Thrones, mi padre que no duerme, mi madre cansada, el azúcar de mi tía, mi esposa y Puerto Cabello, una guaya de acelerador, un cateterismo para la mama de mi cuñada, mi hermano en Fedecamaras, Eneida licitando, los bancos llenos y un perro muerto.
Somos la raza que por disposición de su creador nos concibió a su imagen y semejanza, una especie animal que científicamente nos denominamos “Homo Sapiens” (Del latín Homo=Hombre y Sapiens=Sabio) y que poseemos lo que hemos llamado comportamiento humano, este influenciado en gran manera por actitudes, cultura, religiones, estudios, emociones, la ética, la relación con las autoridades, la coerción y la genética. Nos vemos como lo más evolucionado que ha existido en el planeta y quizás estemos en lo cierto, nos hemos impuesto sobre todos los demás seres en este mundo, hacemos que nos obedezcan y sin embargo somos incapaces de entender lo que nos quieren decir. Que no le entendamos a los animales podemos hasta justificarlo pero que no nos entendamos entre nosotros nos aleja muchísimo de la palabra Sapiens.
Hemos tomado todos los recursos conocidos de nuestro hogar, los hemos transformado y ahora no sabemos qué hacer con la basura que generamos, desde mucho antes de la historia hemos estado en guerra y hemos desarrollado la escritura así como el almacenamiento para poder recordarnos la cantidad de errores cometidos a lo largo del tiempo. Todos sabemos lo que debemos hacer. Reciclar conservar, ser amables, compasivos pero nuestro comportamiento en sociedad no tiene nada que ver con estos valores, salgamos a la calle y seamos testigo de lo que está pasando. La violencia por doquier, el hambre en cada esquina, manadas de “los mejores amigos del hombre” compiten por comida con nuestros indígenas, que la mas de las veces, están en un semáforo esperando que alguien les cambie la vida tirándoles una moneda, ya nos parece normal que la gente tome en la calle o haga cualquier cosa, el caldo de cultivo para los mas despreciables comportamientos humanos, la trata, el secuestro, la violencia, otra vez la violencia.
Mis queridos lectores por supuesto que no quiero hacer un tratado de misantropía ni convertirme en un predicador de modales y buenas costumbres, mi papa decía que “Cuando uno no puede dar malos ejemplos, se dedica a dar buenos consejos” no, esa no es mi intención, solo escribo desde un sentimiento de profunda tristeza. Al final de esta semana corta (pero intensa, como dice @EneRam) en el camino a buscar a mi hija cerca de las 7 de la noche, un muchacho manejando una hermosa camioneta de fabricación japonesa, atropello un perrito, matándolo. La camioneta tenía en su parte trasera una calcomanía de Greenpeace que dice: Save the Whales (Salva las Ballenas), Que ironía desde todo punto de vista, ¿será que algún día seremos tan Sapiens, como para salvarnos a nosotros mismos? Me gustaría tener la respuesta, pero no, por lo pronto la que pienso, no me gusta. Hasta la próxima semana.
Yo le rayo la camioneta a ese sucio q atropeyo al pobre animalito
ResponderEliminarHermano un inmenso abrazo dandote gracias una vez mas por tan buena columna y reflexion, conesas palabras con las que como siempre me siento tan conectado. El mundo es un reflejo de lo que llevamos dentro y por eso me alegro tanto ver en tus palabras mas alla de lo discutible o criticable que encuantras en el dia a dia, una profunda reflexion sobre esa "realidad" en la que nos vemos inmersos a cada instante. . . Seguimos en contacto y todo lo mejor para ti y la familia!!
ResponderEliminar