En estos últimos días hemos estado muy solos, fue mucho lo que sucedió en
septiembre y con él, los cambios se vienen con la velocidad propia del tiempo.
Papeles, pagos, carros, todo acumulado y lo que es peor, que no se tengan ganas
de nada, sin embargo, el reloj avanza, la vida misma avanza y comienza a coger su pulso, su nuevo pulso.
La partida de mi padre y todo lo que ella significa de por si traía cambios,
si bien todos los que estábamos a su alrededor tenemos nuestra propia vida, no es
menos cierto que nos encontrábamos avocados a hacerle sentir su tiempo, lo más
agradable posible, por lo menos a nuestro entender, a pesar de ello, lo último
que me dijo mi viejo fue: Me quiero morir,
la noche antes de cumplirse su deseo
final y créanme cuando les digo que no era una queja, en verdad era un ruego.
Velorio, sepelio y novenarios, ese primer tiempo se llena con las no
siempre acertadas frases de quienes nos rodean y por supuesto de la correcta y
siempre justa palabra de la fe. He entendido que no puede llamarse ausencia, si
cada rincón que vemos vacio lo llenamos con un recuerdo y seguido sobreviene una
emoción.
Pero saben algo mis queridos lectores, escribo estas líneas y mi mente se
llena de momentos donde están mis afectos, Mis hijas, mi madre, mi esposa, mis
hermanos, mis sobrinos, los amigos de camino, los amores del pasado, las
morochas… un sonrisa se dibuja en mi cara, en todos veo a mi padre, en cada uno
veo a Dios.
La luz se fue, prendemos una vela. El agua se fue, tomamos del tanque. Así
mismo es la vida, esa velita que encendemos me gusta creer que es la fe que me
enseñaron y ese tanque lleno de recuerdos me ayuda a saciar la sed de presencia.
Donde se paraba mi padre nos representaba, ahora donde nos paramos cada uno de
nosotros, esta él, su obra y pensamiento, ¿Cómo no seguir sintiéndome representado?
Esta Familia tiene la presión de no sentirse presionada, cuando la rutina
no existe debemos buscarla y cuando exista necesario es superarla. Todo tiene
su tiempo y este es el tiempo del aliento, de la fuerza, ya llegamos a hoy,
Dios siempre quiere, mañana es mejor.
Ayer vi las noticias, el futuro se viene, tenemos mucho que hacer, el país está
en el piso y nos queda un año para honrar a quienes lucharon por brindarnos lo
que somos. Si detrás de cada sonrisa hay mucha tristeza, entonces trabajemos
juntos para enterrarla, como enterramos a quienes se van. Con amor y mucha fe
podemos lograrlo. No puedo olvidar donde me apoyo… Aquí estoy, he regresado…
excelente.... que bueno que regresaste... yo aun no encuentro el camino.... apesar de la luz y el agua...
ResponderEliminarte quiero mucho herma
. . . hermosisima entrega y ademas llena de un estremecedor caudal de emociones y vivencias que nos invitan a retomar siempre la esperanza a pesar de lo duro del camino o la ausencia de los seres que nos han marcado la senda y nos han guiado con amor. Muchisimas gracias por compartir tus reflexiones y tu esencia de profundo aprecio hacia cada uno de los seres que forman parte de nuestro luminoso camino. Un abrazo infinito llenito de luz y cariño hermano del alma . . . Saludos igualmente mi querida Eneida . . . Gracias a ustedes por estar aqui y ahora enseñandome siempre lo mas hermoso del Ser humano.
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