Lo habíamos hablado, pero no concretamos sino unos
días antes, Elías (mi hermano) viene a la casa con sus hijos, su pareja y el
hijo de ella, le digo a mi mamá que no sería nada del otro mundo, una comida
para pasar el rato a lo que ella contesto que “estaba bien”. Desde que mi papa murió,
no se había hablado de hacer nada en casa, este primer tiempo del proceso es
complicado y cada quien tiene su ritmo para acoplarse con el día a día. Lo primero
que se me ocurrió para recibir la visita fue una carne, parrilla, no tiene
complicaciones, además no ocupamos a las mujeres, así que ellas lo agradecen,
en resumen es fácil de hacer y uno queda bien. Salgo ese sábado temprano a una carnicería
donde mi cuñado compra la carne, 6 kilos de lomo, allí tome mi celular y llamo
a mi hermana, ¿tu vienes a San Juan hoy?
Me explico que tenía una fiesta con las niñas pero que llamara a Daniel (mi
cuñado) para cuadrar, hasta aquí la cosa iba bien, Elías me dice que sus hijos
no vienen por actos prograduaccion, que se le hace, pero el si viene, empiezo a
llamar a mi cuñado y nada que responde, voy al Supermercado a comprar lo demás para
una ensalada, carbón y demás implementos (entre ellos una parrillera), nada
Daniel no contesta, llamo a Eneida, no vienen, se le perdieron una llaves, no
van ni a la fiesta de las niñas, mi ánimo se desinflo un poco, pero pa’lante,
sigo en mis compras, horas antes había llegado mi otro cuñado, Fuimos a la
licorería, compramos el “picante” y seguimos, justo al entrar a la casa, llamada de Elías Ramos aparece en la
pantalla del celular, “se me accidento el
carro” entonces, ¿Dios mío no
quieres reunión? Me pregunte en ese momento, bueno, la hago con lo que estamos,
mi mama, mi suegra, mi esposa y mis hijas y punto. Entro a la casa e inmediato
se va la luz, minutos más tarde comienza a llover… Ya para este punto les
confieso mis queridos lectores que ya creía que no haría nada esa noche, me recosté
un rato y pensé, “Señor Dios mío, yo lo único que quería era un momento
diferente…” Al rato, llama Elías, Ya puse
el carro a resguardo, voy saliendo para allá en un taxi, casi al mismo
tiempo, llego la luz y con ella el mensaje de Eneida:”voy en camino” que bien,
la lluvia amaino un poco, recordé una
frase que mi madre repite mucho “No es el
afán, sino la voluntad de Dios”, procedí a montar carbones.
Llegaron todos, Elías
y su grupo, el futbol, las emisoras; Eneida y Daniel, Emily y las morochas, más
futbol, el whisky, dos grupos claros los Futbol-Parrilleros-fan y las Mujeres. En
algún momento mire a la sala, allí estaba mi mamá, con mi suegra, mi tía y la
suegra de Eneida, y vi algo que no había visto en mucho tiempo, Mi mama estaba
riendo… Ese sábado era 5 de noviembre, Elix, quien estaba de cumpleaños ese día,
temprano había escrito vía BBMessenger sobre los regalos recibidos a lo largo
de sus treinta y tantos abriles, no podía escribir sobre el futuro, pero estoy
seguro que la sonrisa de mi mama, ese día en particular, es uno de los mejores
regalo recibidos, solo que él no lo sabía, hasta este momento. Feliz cumpleaños
hermano, hasta el próximo regalo…
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