Esto parece un chiste pero no lo
es, 3 semanas han pasado desde el anuncio presidencial en cadena de radio y tv
de la nueva “lesión” en el mismo sitio donde anteriormente se le había extirpado
un tumor cancerígeno, que gracias a la medicina cubana se daba por curado, pero
que en virtud de la realización de primarias por parte de la oposición y su repercusión
en la opinión pública nacional, aparece de nuevo ayudando en los números de las
encuestas, a tal punto que ya no se habla más del 12 de febrero, solo se
escuchan rumores y medias verdades, todas sobre la salud del tataranieto de
Maisanta. Si bien, esta estrategia a la que he llamado en mi
cuenta de Twitter en más de una ocasión #misionlastima ha dado sus resultados
en las estadísticas y muestras posteriores al día de la juventud, no es menos
cierto que el país va sin rumbo, empujado solo por la opinión pública dividida
en creyentes e incrédulos, la desinformación sumado a los rumores se han
apoderado del día a día de los venezolanos, en un claro estratagema gubernamental
para ganar tiempo en momentos en que no le sobra. A estas alturas del partido,
el paciente se encuentra en La Habana y los partes médicos los da el mismo, a
la vez asegura que “el mejor sistema de salud de Latinoamérica es el
venezolano” palabras dichas desde la capital antillana, donde se está viendo su
enfermedad con la seguridad del
hermetismo en cuanto a su diagnostico. Esto explica porque esta allá y no acá. En
palabras llanas, para poder generar rumores, Si está muy grave nadie lo sabe
con certeza, pero lo que es peor, si no está grave tampoco nos enteramos y el
puede jugar a que le tengan lastima con el fin último de que el pueblo lo recompense
haciendo sus “últimas voluntades” que no son otras que el establecimiento de un
sistema socialista desigual, autoritario, retrogrado e injusto.
No hay un día en este país que no
hablemos de Chávez, incluso cuando se nombra a la oposición lo hacemos en
contra partida al enfermo habanero, más sin embargo es bueno recordar que el país
está en otra frecuencia, en otra banda muy distinta a la sintonizada con el
presidente como centro único del futuro. El padre de la niña secuestrada le
vale poco si Chávez tiene cáncer o no, El preso que espera a que no le apliquen
una vez más un retardo judicial poco le interesa que Chávez no mande desde la
casa de Misia Jancinta, El ama de casa que no tienen que servir a sus
hijos que están a punto de llegar del
colegio no se acuerda de las expropiaciones, El joven desempleado que no
encuentra cupo universitario le importa
poco si Cilia Flores es la nueva procuradora, El obrero del campo quiere su
semana los viernes, poco le interesa que en Agropatria no hay los insumos para
su trabajo o si Diosdado es el nuevo Páez. El joven médico que siente vergüenza
ajena al ver a la ministra Sader disfrazar a unos niños de galenos para que
reciten en cadena nacional al presidente un “Pa’lante Comandante” El país es
mucho más que misiones, expropiaciones jalabolismo y enfermedades
presidenciales, fue, es y será más que chavismo u oposición. Más que bipartidismo, más que la mezquindad e ignorancia de quienes nos desgobiernan y
se empeñan en colocarnos en distintos lados de su pensamiento único y limitado.
La gente se cansa de que lo coloquen donde no quiere estar. Tu eres…, Yo soy… Tú
tienes porque yo te doy. Tu eres porque yo estoy… Basta ya!
La semana pasada y en ocasión de
los seis meses del fallecimiento de mi padre, asistí a la celebración de la misa que
por el descanso de su alma se efectuó cerca de la casa. Yo que tengo mucha fe pero soy poco de
misas y curas, un incrédulo creyente, me
encontré frente a un sermón sobre los diez mandamientos y cómo debemos cuidar el “templo” cumpliendo con
esos deberes, es así que esperanzados con el amor de Dios, nos podemos garantizar
un sitio a su lado. Reconfortado por las palabras de aquel humilde acto litúrgico
y de regreso a la realidad de nuestro entorno, como lamento que no exista un undécimo
mandamiento en nuestros tiempos. Un mandamiento para todos, obligante para
quienes sean nuestros próximos regentes y necesario para quienes pensamos en el
futuro para nuestros hijos, algún día
podremos hablar tranquilamente cumpliendo ese mandamiento, el mandamiento
numero once, No politizarás, Su
acatamiento nos ahorraría muchísimas angustias y nos brindaría una Venezuela en paz. Me despido mis amables
lectores, hasta la próxima misa.
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