Y aún esta semana no termina… Cómo es posible con
todo lo que ha pasado. Son muchas las veces que he sentido miedo y esta semana
los miedos fueron muchos, he visto a mi padre pedir respeto y no me lo puedo
quitar de la cabeza, en el peor momento de la semana escribí “He tratado que no
me desaliente nada, pero coño… aquí estoy escribiendo solo, pensando vainas,
saldremos adelante” chateaba con mi hermano Elix pero no le hablaba a él, escribía
para mi…
En casa, mi madre, mi hermana y yo, con mucho amor y fe, seguimos las
indicaciones para salir de un momento oscuro, solo para pasar a una larga
vigilia en espera de la reacción, día y medio sin noticias, solo lo veíamos allí,
acostado, inalterable, invariable. Durante 60 horas mi padre no estaba, pero si
nos preguntaban decíamos “esta Estable.”
Los familiares y amigos interesados se despedían con el clásico “Cualquier
cosa me llamas” a sabiendas que nadie llama para avisar que alguien mejora.
Papá despertó, pidió café y por primera vez llore, “mi viejo está luchando”
Es curioso que utilicemos la palabra estable
para situaciones como estas, la estabilidad que se respira es muy precaria y
son muchas las cosas y situaciones que no llamamos por su nombre, incluso,
cuando nos queremos enfrentar al futuro después de superado el miedo, la
hacemos escudándonos con una palabra políticamente correcta o menos ofensiva, evitando así el mal gusto o los tabúes.
Son tantas las cosas y situaciones estables
que generan dudas, que ya sabemos que debemos esperar cualquier cosa, ¿Cómo está
tu matrimonio? Bien, estable. Esto no
pinta bonito… ¿Y la economía como se comportara este año? Estable, Dios manejaremos menos dinero, seguro. Si vemos a nuestro
alrededor no encontraremos que estable
está, hasta el Presidente de la República. La próxima vez que un doctor me diga
la palabra estable lo incluiré en mis
oraciones para pedir por el también…
Estable es tan inestable que cuando hablamos de nosotros
ni de vaina la utilizamos. Mi fe es inquebrantable… nunca he escuchado un "mi fe es
estable."
Mis queridos lectores me despido diciéndoles que Mi viejo está luchando,
hasta que Dios quiera, yo en cambio estoy estable…
Hasta el próximo eufemismo…
Un abrazo inmenso Eleazar . . . un millon de bendiciones para tu hermosisima familia, que es un ejemplo de amor y cariño extraordinario . . .
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